El lenguaje de los perros by Turid Rugaas

El lenguaje de los perros by Turid Rugaas

autor:Turid Rugaas
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ciencia
editor: KNS Ediciones
publicado: 2004-12-31T16:00:00+00:00


Capítulo III

Historiales

Primera historia. Pippi

Pippi era una Braco Alemana de pelo corto de cinco años. Su dueña se paró en mitad de la pista de acceso sin atreverse a acercarse. Venía a verme porque su perra era agresiva y «muy peligrosa» con otros perros, Pippi aparentaba estar tranquila, calmada y ser mansa; me saludó de forma amistosa y parecía de ese tipo de perros con los que podrías vivir sin problemas, Su dueña estaba pálida y estresada, y decía que tenía miedo ante lo que pensábamos hacer.

Le expliqué brevemente lo que queríamos llevar a cabo y se volvió todavía más pálida, parecía que se iba a marear. Le pedí que se quedase allí esperando, sin decir ni hacer nada y le sugerí que me pasase la correa si lo prefería. No, ella quería sujetar a Pippi. Entonces llamé a Vesla, que había estado esperando en una esquina de la casa y Vesla se acercó. En el instante en que Pippi se percató de la presencia de Vesla se preparó para iniciar el ataque y empezar a ladrar, pero Vesla se dio cuenta de la situación, se paró y permaneció Inmóvil, por un segundo, olisqueando el suelo, Esto hizo que Pippi se. quedase quieta en lugar de dar saltos. Luego Vesla comenzó lentamente a moverse en círculos, dando un rodeo, olisqueando el suelo, ofreciéndole siempre el costado y se dirigió hacia Pippi, Las señales de calma de Vesla eran tan claras que Pippi estaba fascinada mirándola, en Jugar de realizar los ataques. Al acercarse, Vesla ralentizaba todavía más sus movimientos y le llevó varios minutos atravesar el último metro. Entonces Pippi también bajó su hocico para olisquear el suelo y así permanecieron las dos, olisqueando la misma área sin mirarse.

La dueña volvió unos meses más tarde. Vino cuando yo estaba dando una clase, por lo que tenía un grupo de cachorros rodeándome. Dejó salir a Pippi del coche, que se fue hacia uno de los cachorros para lamerlo, mostrando así cómo había cambiado totalmente su actitud hacia los otros perros.

Esta es una historia típica de Vesla. Durante doce años ayudó a cambiar la vida de otros perros que se habían olvidado de cómo comunicarse con sus congéneres.

Segunda historia. Buster

Buster, un San Bernardo enorme, tenía miedo a otros perros, Siempre que veía a uno, se escondía detrás de su amo con una expresión de preocupación reflejada en la cara. Buster y su amo se quedaron esperando, sin moverse, en la pista de acceso a mi granja. Dejé suelta a la pequeña Vesla, mi Elghund. Vesla avistó al otro perro en el camino y salió corriendo al encuentro, dado que era muy aficionada a saludar a todos los perros que se encontraba. Entonces se percató de la expresión en el rostro o en la actitud del otro perro, lo que le hizo cambiar su distendido y alegre plan de aproximación, Dejó de correr en línea recta, alegremente y moviendo la cola, y comenzó a moverse despacio, al tiempo que giraba la cabeza lentamente a un lado y al otro mientras caminaba, evitando el contacto visual, caminando muy despacio.



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